Por: Ilia Cordero González- Professional Coach
Cuando decides buscar nuevas oportunidades laborales y finalmente encuentras una oferta que te entusiasma, puede suceder que tu actual empleador te haga una contraoferta para retenerte. Te ha pasado? Aunque pueda parecer halagador y tentador aceptar esta oferta “mejorada” no es la alternativa. Existen varias razones por las cuales deberías pensártelo dos veces antes de hacerlo. Aquí te presento, cinco razones clave por las que nunca aceptar una contraoferta de empleo es la mejor decisión.
1. La verdadera razón de la contraoferta
Tu empleador actual te ofrece una contraoferta no necesariamente porque te valore más, sino porque les resultas más valioso a corto plazo. Reemplazar a un empleado puede ser costoso y llevar tiempo, por lo que mantenerte es una solución más conveniente para ellos. Este interés podría ser pasajero, y una vez superada la crisis de tu posible partida, podrían volver a priorizar sus propios intereses sobre los tuyos.
¿Por qué las Empresas Ofrecen Contraofertas?
Mientras que algunas empresas nunca recurren a las contraofertas, otras las utilizan con frecuencia. ¿Por qué sucede esto? Imagina el escenario cuando un empleado como tú decide renunciar:
Primero, la moral del equipo puede verse afectada, especialmente entre tus colegas más cercanos. Tu salida podría reflejarse negativamente en tu propio jefe. Tu partida puede poner en riesgo el progreso de proyectos importantes y aumentar la carga de trabajo para los compañeros que se quedan. Además, encontrar y adiestrar a un reemplazo puede ser costoso en términos de tiempo, energía y recursos.
Por otro lado, Para la empresa, una solución más económica es hacer una contraoferta. Esto podría incluir un aumento de salario, un ascenso, un cambio de título o de responsabilidades, o una combinación de estos elementos. A veces, puede ser simplemente una promesa de futuros cambios. Es importante considerar que esta táctica puede ser una estrategia para ganar tiempo. Al retenerte, la empresa se da un margen para completar proyectos clave, reorganizar al equipo o buscar tranquilamente a un reemplazo adecuado.
2. La confianza se ha roto
El hecho de que hayas considerado seriamente irte indica que hay problemas, descontentos en tu actual empleo o deseas genuinamente un cambio. Aunque aceptes una contraoferta, estos problemas no desaparecerán mágicamente. Además, tu empleador sabe que has estado buscando otras oportunidades, lo que puede afectar la confianza que tienen en ti y, a largo plazo, limitar tus oportunidades de crecimiento y desarrollo dentro de la empresa.
Incluso, cuando una empresa desea que te quedes, a menudo acompaña la contraoferta con elogios y promesas. ¿Te resulta familiar lo siguiente?
“Estamos en un momento crucial de un proyecto importante y eres indispensable para el equipo. No teníamos planes de decírtelo hasta el próximo trimestre, pero estábamos a punto de darte un aumento o una promoción para demostrarte cuánto valoramos tu trabajo. ¿Por qué no lo hacemos efectivo de inmediato? No sabíamos que estabas insatisfecho aquí. Hablemos de esto antes de que tomes una decisión apresurada. Cualquier problema puede resolverse. Tenemos grandes planes para ti en esta empresa, pero ¿qué puede ofrecerte la nueva compañía que nosotros no podamos?”
3. Estabilidad laboral a corto plazo
Una contraoferta puede parecer una solución rápida, pero a menudo no es sostenible. Estudios muestran que muchos empleados que aceptan una contraoferta terminan dejando la empresa en menos de un año. Las razones originales que te llevaron a buscar un nuevo empleo, como la insatisfacción laboral, la falta de crecimiento profesional o la desalineación de valores, eventualmente reaparecerán. De hecho, quienes aceptan contraofertas suelen irse o ser despedidos en un plazo de seis a doce meses. Además, la mitad de quienes aceptan contraofertas reinician sus búsquedas de trabajo en un periodo corto de tiempo.
4. Perder la oportunidad de un cambio retante y positivo
Esto significa renunciar a la oportunidad de explorar nuevos horizontes y enfrentar nuevos retos o desafíos. Un nuevo empleo puede ofrecerte un ambiente laboral más saludable y mejores oportunidades de crecimiento. De igual forma podrás estar en un entorno que esté más alineado con tus valores y metas profesionales a corto como a largo plazo. Mantenerte en tu zona de confort podría darte tranquilidad o seguridad pero impedirte alcanzar tu verdadero potencial.
5. Impacto en tu reputación profesional
Aceptar una contraoferta y luego irte poco después, puede dañar tu reputación tanto en tu empresa actual como en la nueva que rechazaste. Los empleadores y reclutadores están bien conectados, y tu decisión podría ser vista como una falta de seriedad o compromiso. Esto, definitivamente, puede afectar tus futuras oportunidades laborales.
Piénsalo bien
Por estas razones, antes de aceptar una contraoferta, reflexiona sobre las verdaderas razones que te llevaron a considerar un cambio de empleo. Haz un balance de tus prioridades profesionales y personales, y pregúntate si realmente vale la pena quedarse en un lugar que solo mejora tus condiciones cuando estás a punto de irte. A veces, lo más difícil es dar el salto, pero las mejores oportunidades a menudo están fuera de nuestra zona de confort. ¿Si estas listo para continuar desarrollándote, porque dejar que tu jefe decida por ti? Enfócate en la oportunidad positiva que te ha ofrecido tu nueva empresa.
Para concluir, maneja tu renuncia correctamente desde el inicio. Sé profesional y cortés, y nunca muestres debilidad. Ofrece tu ayuda durante el período de transición ya que esto hablará muy bien de ti. Un cambio de empleo es un momento difícil para cualquier profesional y si aún sientes dudas sobre cómo manejar esta situación, la ayuda de un experto en reclutamiento puede ser invaluable. Un reclutador puede ofrecerte una perspectiva objetiva, ayudarte a evaluar tus opciones y proporcionarte asesoramiento sobre cómo avanzar en tu carrera de la mejor manera posible.